Me están sucediendo cosas extrañas, de esas extrañas que nunca se comprenden, que nunca sabes para que pasan. No sé en que momento iniciaron, y la pregunta más intrigante que me rodea es, si yo las propicio. No puedo evitar llorar mientras escribo, me siento confundido, me siento perdido. Yo no sé nada del amor puesto que considero que no he bebido de ese sentimiento que lo cambia todo, según los que lo han vivido. Y me refiero a ese amor que todos buscan, que todos añoran, de ese que supuesta mente se necesita en la vida, ese amor de dos, ese amor que lo tiene alguien más y que es para ti, y tu de ello. No sé como reaccionar ante lo que sucede hoy, no sé como llamarle, y no se si estoy enloqueciendo, no sé, no sé. O el mundo me tiene tantos misterios que nunca resolveré. Pues bien se que no quiero esto, que si yo al menos en un principio hubiese sentido que encontrarme con estas personas seria un error, entonces creo que no hubiese insistido en estar con ellas, pero nada de eso se puede saber, o entender si sucede, sólo pasa, pasan las cosas, pasan cosas extrañas. El juego lo inició él, recuerdo la primera vez que me acarició, supuesta mente fue sutil pero en esa caricia demostró lo que sus miradas anteriormente querían decirme, extendió su brazo y lo deslizo por la parte de mi hombro que mi playera no cubría, me sentí tan bien, recuerdo que lo sorprendía viéndome, y al instante quitaba la mirada. Con A mantuve el lenguaje mas furtivo que he tenido con nadie más, acariciaba sus manos, sus piernas, o su cabello discretamente para que nadie lo viera, era como creer que sólo estábamos los dos, A observaba a los demás mientras lo acariciaba, como asegurándose que nadie estuviera mirando, en sus ojos veía un miedo que disfrutaba. Era retar a los demás, era un juego de miedo, a nadie más le importaba lo que hacíamos, nadie nunca nos vio. Él nunca tampoco hizo nada para evitarlo, yo sé que a él también le gustaba ese juego. Siempre le pedí que me dijera si sentía algo por mi, tal vez yo era el que necesitaba que me dijera que me quería, lo dijo muchas veces pero siempre resintiéndose, creo que le exigía más de lo que el podía darme, me convertí en un loco, lo acose, lo seguí, lo busque, hice muchas cosas estúpidas, y siempre estoy con el, siempre. Me enamore, no pude evitarlo, siempre me trata bien y cuando no lo hace se siente mal, él no puede ser malo con nadie. Él me escucha, me siento entendido, me siento bien. La primera vez que estuve en sus brazos sólo lloraba, lloraba porque era inquietante, demasiado, me envolvía,le dije tanto, me sentí liberado. Pero después de ello me sentí aún mas peor, no sé por que, no sé si sólo me consoló o sentía lo mismo.
Pude sentirme seguro alguna vez de A, creer ilusamente que me quería, si; tal vez como a mi me gustaria que me quisiera alguien. Algunas veces él olvidaba que eramos amigos, siempre necesitaba estar ebrio para que me dijera que me quería o me abrazara, ahora pienso que quizás esta muy desesperado y que yo sólo era lo que estaba a la mano siempre. Y me pregunto una vez más si de verdad me quiere, (quería) o sólo le gusta como lo quiero. Esto es lo que puedo llegar a deducir de A. Siempre guardo silencio, fueron pocas veces las que hablo, pero no necesitaba decir nada, me dice mucho, pero yo soy un tonto que no entiendo nada, amo que me mire, son como caricias sin necesitar sus manos, y eso sigo sin entenderlo. Hay un lenguaje cobarde entre nosotros. Pienso que a A le va el silencio. Con A he vivido muchas cosas en muy poco tiempo, nos hemos hasta propuesto ignorarnos, pero ni él ni yo podemos, (tal vez él si podría). Una vez me abandono una madrugada con extraños, muchas veces sentí que no soportaba mi presencia y no sabia como deshacerse de mi, no tenia valor para abrirme, y cuando lo tuvo fue cruel, es a veces muy cruel, pero puedo soportarlo, no sé por que, pero siempre soporto mucho, (¿En serio así es el amor?). Y dolido de él decidía no molestarle, cuando estuviéramos entre los demás no verle, pero él venia a mi, viene y es inevitable no corresponder a ello. Una vez se atrevió a darme de comer en la boca enfrente de los demás y yo lo evite. Me arrepiento de ello hasta la existencia, porque sé que lo hice pensar y pensar. Nunca entendí el cruel juego A, nunca dijo nada conciso, siempre me decía que era mejor que no te comprendierán, que era mejor no ser correspondido , porque el amor no correspondido nunca madura y siempre esta latente, esto me seducía aún mas, me estaba traicionando a mí mismo porque jodidamente yo era partidario de esa idea, pero ahora la odio, la odio, porque sale de la boca de quien muero y es tan difícil de entender. Siempre me propongo alejarme de él, de ya no verle, pero se supone que somos amigos, y los amigos no se tratan así, los amigos se toleran, entonces siempre me digo a sí mismo que debo de pasar de esto, que en realidad es una genial persona y tanto más un artista y debería conservar la amistad, que vale más la pena ser su amigo, pero después no sé que sucede, y me sorprendo robándole besos furtiva mente entre las gentes, ebrio, ebrio de él, en medio de nada que es esto. No sé como tratar a A, cuando estamos los dos, sólos, me pongo nervioso, hasta cierto punto incomodo, no se que decir, siempre puedo percibir lo mismo de él. Esto no tiene lenguaje que entienda, no soporto mas esto, no quiero sentir esto. No quiero buscarle más, pensarle, llamarle, necesitarle, no quiero. A, me contó que estaba enamorado de una chica, y que esta no le correspondía y lloro, lloraba por ella mientras yo le besaba los ojos empapados de lágrimas, sentía que le placia, sentía que le aliviaba, me sentía triste por él, lloraba con él, nuestras lágrimas se envolvieron, se hicieron un escuálido rio que desapareció. Esas primeras noches con él, me volvieron de él, desde ahí sólo quise estar con él. Desde esas noches deje de ser yo. El amor no puede perderme, no puede hacerme pendiente de alguien, pero entonces que es lo que me sucede. He pensado en todas las posibilidades y una de ellas es no hacer sufrir a a A, tal vez esto lo confunde más que amí, entonces quiero que sea feliz, sólo feliz.
Sin que me olvide de A surge B, que siempre estuvo cerca, en medio de este drama con A. B es una persona fenomenal, no menos que A, no me atrevo a compararlos, no sé ahora quien es más genial, decir que los quiero por igual seria una falsedad, los dos me provocan de distinta manera, los dos son distintos, los dos son una absurda necesidad que surgió no sé de donde mierda y que ahora cambia las cosas y que tortura, confunde..
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